martes, 4 de marzo de 2014

SALCHICHÓN IBÉRICO


Salchichón, el sugus de limón porcino, el bombón con naranja del surtido ibérico, el chóped con aceitunas de los embutidos (ya, ya sé que el chóped con aceitunas es también un embutido, pero tampoco hay que ser tan tiquismiquis). ¿Qué clase de invento es el salchichón? ¿Acaso a alguien le gusta el salchichón? Para contestar a esta pregunta he realizado un exhaustivo trabajo de investigación interrogando a tres personas sobre este tema. Las tres personas me han contestado que a ellos sí les gusta el salchichón, pero ¿qué mierda de estadística se hace con sólo tres personas? En conclusión, por lo que a mi respecta a nadie le gusta el salchichón (si acaso a tres personas aisladas, aisladas porque las he encerrado en mi sótano ya que no soporto que las guste el salchichón).
El caso es que, aún no gustando a nadie, existe un tipo de salchichón con el título de “ibérico”. Obviando el porqué se denomina “ibérico” a un embutido (razas de cerdo, regiones, llevo dos días sin dar de comer a la gente del sótano, etc.), hay que reconocer que “ibérico” es sinónimo de calidad, de sabor ¡de excelencia! (y de tirarse el rollo en nochebuena presumiendo de la paletilla ibérica que te han dado en la cesta de navidad*). Entonces ¿Por qué un embutido como el salchichón, que no le gusta a nadie, lleva el adjetivo ibérico? ¿Qué clase de contradicción es esa? 

 *Al final te enteras que no era ibérica, que jefes más roñosos.
Sal chichón, sal.

Bueno, la cuestión es que si el salchichón ha conseguido entrar en la liga de las estrellas de los embutidos a pesar de que nadie le quiere ¿Cuántos salchichones humanos habrá en la vida real en otra clase de denominaciones? No sé, seguramente el mundo entero esté plagado de salchichones ibéricos: ese grupo de música que no vale nada pero que no hace más que sonar en la radio, aquel actor que sobreactuaba pero no dejaba de hacer películas, tu amigo que a pesar de no acabar la secundaria se ligaba a todas las chicas, Emmanuel Amunike, etc.  Quién sabe, quizá usted está descubriendo mientras lee esto que es un salchichón ibérico de tomo y lomo, bueno, sólo de tomo que el lomo ibérico sí que está bueno.
Salchichón, el oxímoron de la naturaleza, el embutido más sobrevalorado y… vaya por Dios, acaba de quedar un hueco libre en mi sótano, así que dígame ¿a usted le gusta el salchichón?

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